El déficit de un crecimiento lineal es la forma predominante de desnutrición. La desnutrición crónica es un proceso gradual, acumulativo y crónico que se inicia en la concepción y se desarrolla, sobre todo, en los dos primeros años de vida (1). Se calcula que el 24 % de los niños menores de 5 años padece desnutrición crónica en todo el mundo, y a nivel regional, Asia y África subsahariana agrupan la mayor parte de esta carga (2). El retraso en el crecimiento tiene graves consecuencias a corto y largo plazo para los niños en su infancia y vida adulta, y las causas son múltiples y complejas, no se limitan únicamente a la ingesta diaria.
Se cree que unas condiciones WASH deficientes son una de las principales causas de la desnutrición crónica infantil. El entorno doméstico en que se desarrollan y crecen los niños/as influye en gran medida en su estado nutricional. La diarrea, la enteropatía ambiental o las condiciones socioeconómicas del hogar son algunas de las vías que relacionan unas pobres condiciones WASH y el retraso del crecimiento infantil, tanto de forma directa como indirecta.
El concepto BabyWASH surge como respuesta a la necesidad de integrar los sectores agua, nutrición, salud materno-infantil y desarrollo infantil temprano. Su principal objetivo es tener un impacto más profundo en la salud de los niños/as para mejorar su bienestar en sus primeros 1000 días de vida. La prevención del retraso en el crecimiento es, probablemente, el principal efecto esperado de esta nueva perspectiva, a través de la reducción de la EED y demás causas mediadoras de la relación WASH-retraso en el crecimiento.
Este documento presenta además cómo la perspectiva BabyWASH puede contribuir directamente a la visión que desde Acción contra el Hambre perseguimos: erradicar el hambre y la desnutrición en todas sus formas, y, particularmente en este caso, la desnutrición crónica y el retraso en el crecimiento. De esta manera, se propone un paquete de actividades que, en línea con el concepto BabyWASH, trata de buscar la integración